miércoles, 12 de diciembre de 2012

La librería Atlántida de Granada, Gallardón y el dolor

El mismo, mismísimo día, en el que Gallardón ha dicho en la Cope (sí, la Cope) que gobernar en ocasiones es repartir dolor (sí, dolor), una librería de Granada, la librería Atlántida, ha publicado una bonita entrada en su blog recomendando 'm'.

Dice cosas como éstas:
¿Cómo describir esta novela? Todas las personas que conozco que la han leído usan diferentes libros para referirse a ella. Yo, como autor de este blog, intentaré enumerar los nombres que a mí me evoca. Haruki Murakami, Raymond Chandler e incluso Carlos Fuentes. Todos esos autores parecen confluir en las páginas de m. y eso es algo muy bueno para el lector. Se trata ésta, de una obra que no se puede explicar en una breve entrada del blog por ser de una tipología tan especial. De todas formas, será difícil que una novela sea tan evocadora y a la vez tan extraña como esta m.
Gracias, gracias, gracias.

El resto está aquí.

Durante años me dediqué a entrevistar a libreros de Madrid, hasta uno por semana. Les pedía que me recomendaran libros y siempre volvía a casa con uno o dos títulos en la cabeza, uno o dos descubrimientos que jamás hubiera conocido de otra forma y que rara vez me fallaron.

Los libreros no son meros tenderos. Ni mucho menos ministros.

Los libreros reparten sugerencias y criterio.

El día que la industria editorial muera, lo sentiré, sobre todo, por ellos. Son una de sus piezas más valiosas y también la más frágil.

Y mientras, aquí en Madrid, seguiremos pagando las deudas que la megalomanía de Gallardón nos ha dejado.

Y soportando a su sucesora, la señora Botella, que se ha empeñado, como su exjefe, en repartir dolor, mucho, mucho dolor.

Lo de Gallardón y Botella viene a cuento también por una cosa que dice la librería Atlántida en su blog.

¿Queréis saber algo sobre mi próxima novela?

Va justo de eso: de gente que se cree que está por encima del bien y del mal, que el dolor a ellos no les afecta y hasta que pueden infringirlo impunemente a los demás. Pero se equivocan, claro.

Y no, esta vez no aparece ninguna importante política madrileña o de cualquier otra parte. Tampoco Gallardón o similar.

Aparece un falso filósofo, una reína muerta y un verdugo. Pero eso es en la segunda parte.

A ver si me pongo y consigo rematarla.

Gracias, gracias, gracias, librería Atlántida de Granada.

Gallardón y Botella, Fuck the pain away:


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